Tal y como estás leyendo, lavarse la cara correctamente también exige el conocimiento de una serie de pasos que hay que seguir, para conseguir que este gesto sea efectivo.
Puede parecer una rutina sencilla, y realmente lo es, pero como sucede con muchas rutinas de belleza, para que nos resulte tan sencillo como parece debemos conocer previamente los pasos que hay que seguir y repetir cada día.
En este caso concreto, esta rutina se enmarca en uno de los grandes pilares fundamentales de los tratamientos de belleza, uno de los más básicos y por si fuera poco, de los más importantes: nos referimos a la limpieza facial.
Estarás cansado de leer y oír que esto de la limpieza facial es un proceso imprescindible para la piel, pero es que esta rutina es mucho más que una rutina de belleza, ya que de ella también depende que nuestra tez se muestre con un estado saludable.
Para ello nos tocará añadir una pizca de constancia extra en nuestro día a día, ya que se trata de un gesto que debemos poner en práctica, por un lado, todos los días y por otro, repartido en dos veces a lo largo de nuestra jornada.
Esto de limpiar la cara dos veces cada día, casi podríamos decir que es algo obligatorio porque de este sencillo gesto dependen otros pasos, de nuestra rutina de belleza, que están estrechamente relacionados.
Limpiar la piel de una forma adecuada es el primer paso para acercarnos a lograr lo que la mayoría ansiamos: tener una tez sana, resistente y joven.
Eliminar con éxito la suciedad nos ayudará en los siguientes pasos, también esenciales, que realizamos para el cuidado del rostro, ya que nuestro cutis cuenta con muchas más necesidades de las que creemos o pensamos.
Puedes comprender mejor a qué nos referimos si lees este texto: cómo cubrir las necesidades básicas del cuidado de la piel.
La suciedad va taponando los poros poco a poco, por lo tanto si no nos encargamos de retirar estas partículas, nuestra piel se apagará, igualmente, lentamente.
Como resultado, se mostrará menos luminosa, más congestionada y será más común que aparezcan puntos negros, acné y espinillas.
Por otra parte, también notaremos que los tratamientos que aplicamos no responden del mismo modo, ya que al estar nuestros poros taponados, no consiguen penetrar en nuestra tez como deben.
Lavarse la cara bien, de una forma adecuada, como puedes comprobar, es mucho más importante de lo que creemos, por ello hemos pensado en darte una serie de pautas o pasos, eso sí no olvides tener en cuenta cuál es tu tipo de tez, porque dependiendo de cómo sea nuestra piel, así serán los pasos que debemos realizar.
Si deseas mantener tu rostro saludable, fresco y brillante…¡debes estar muy atento a todos los pasos que enseguida te contamos!.
6 pasos para lavar bien tu rostro
Una forma sencilla de realzar la belleza natural de nuestra piel y que esté con aspecto saludable es lavando cada día nuestro rostro, aunque no vale realizar esta actividad de cualquier forma si queremos evitar que se inflame o se reseque.
Tanto si tu dermis es propensa a sufrir acné, como si la tienes delicada, seca, mixta o se encuentra en un punto intermedio, este texto te será muy útil para aprender a diferenciar la forma en la que tienes que lavarla, solo tendrás que adaptar cada punto a las necesidades que requiere tu piel.
¡Ya no tienes excusas para limpiar a fondo tu rostro!
1. Humedece el rostro con agua tibia
Despeja bien tu rostro porque en este primer punto debemos intentar conseguir empapar bien la piel con una cantidad abundante de agua.
Antes de humedecer hay que tener en cuenta otro aspecto importante: la temperatura del agua. Tanto si el agua está demasiado fría como demasiado caliente puede resultar demasiado abrasivo para la tez. Debemos utilizar agua tibia para que la piel no se reseque y no cause irritaciones.
En este primer paso tienes que realizar lo siguiente:
- Puedes optar por humedecer la piel directamente o utilizar una toalla que esté húmeda, con agua tibia.
- Mojar la piel antes de aplicar un limpiador facial te ayudará a que el producto se deslice de una forma más fácil, evitando de este modo que tengas que utilizar una gran cantidad de limpiador.
- Si utilizas un jabón, es preferible que cuente con un pH neutro y que sea siempre lo más natural posible. Esto último debemos aplicarlo a todos los limpiadores que decidamos utilizar. Por cierto, si quieres consultar cuál son los mejores puedes hacerlo fácilmente pinchando aquí: mejores limpiadores faciales para hombre.
2. Aplica un limpiador facial
En este segundo punto tienes que tener muy presente cómo es tu tipo de piel, porque no todos los limpiadores son adecuados para todos los tipos. Aunque a veces, encontramos excepciones, como es el caso del agua micelar que suele adaptarse, por norma general, bastante bien a cualquier tipo de tejido.
Sin embargo, si nos decantamos por otras opciones para la limpieza del rostro entonces, debemos atender a que el limpiador en sí sea específico para nuestro tipo de piel.
Por otro lado, solo necesitarás utilizar una pequeña cantidad del limpiador que estés acostumbrado a utilizar; esta recomendación te será muy útil para no malgastar producto.
Lo extenderemos a través de movimientos circulares intentando llegar con el limpiador a todas las zonas del rostro.
Un consejo: nunca utilices jabón de manos; la piel del cutis es mucho más sensible y este tipo de jabones suele ser más agresivo, haciendo que tu piel quede más irritada y seca.
3. Exfolia la piel suavemente
Una parte importante de la limpieza del rostro es la exfoliación, ya que se trata de un proceso con el que conseguiremos eliminar tanto las células muertas como la suciedad.
No se trata de una actividad que debamos realizar todos los días, pero si la realizamos como debemos, es decir, entre una o dos veces a la semana nos ayudará a liberar aún más de nuestros poros la carga que soportan.
Puedes optar por una crema o gel exfoliante que lo utilizarás justo después de limpiar tu rostro con el producto de limpieza que hayas elegido.
Te aconsejamos frotar la tez mediante movimientos circulares, centrándonos en las zonas más grasas, como la zona T.
- Evita exfoliar con demasiada frecuencia o insistiendo de una forma intensa ya que puedes irritar la piel. En los días en los que toque realizar este paso, simplemente continúa con los siguientes mientras te lavas el rostro.
- Otra opción interesante, es realizar en casa un exfoliante facial con ingredientes naturales como la miel o el azúcar. Algunas recetas interesantes para limpiar con ingredientes caseros, las puedes encontrar en este enlace: cómo hacer un limpiador facial casero.
4. Enjuaga el rostro y seca de forma suave
En este cuarto paso enjuagaremos bien el rostro utilizando agua tibia, eso sí, asegurándonos de eliminar bien los excedentes de los limpiadores y cuando toque puntualmente, del exfoliante.
Con la ayuda de una toalla, mediante toques muy suaves y sin frotar, seca bien el rostro. Evitar frotar la piel puede ayudarte a retrasar la formación de arrugas, además de evitar irritaciones y molestias.
5. Aplica un tónico facial para unificar el tono
Aunque se trata de un paso opcional, utilizar un tónico facial siempre es una buena idea para lograr que tus tejidos permanezcan con una apariencia lisa, con los poros cerrados. Aparte, el uso del tónico facial te ayudará a calmar la dermis, que tras la limpieza queda algo estresada.
Cuando utilizamos este tipo de productos después de la limpieza notamos enseguida que la piel está más unificada y las imperfecciones menos pronunciadas.
Con la ayuda de un disco de algodón nos centraremos en las áreas de nuestro rostro donde observemos que los poros están más abiertos.
- Antes de utilizar un tónico facial asegúrate que éste no contiene alcohol, ya que puede resecar. Es preferible utilizar tónicos faciales que sean libres de alcohol y perfumes, así las pieles sensibles estarán mucho más tranquilas.
- Como alternativa, los tónicos caseros también pueden llegar a funcionar igual de bien que los comerciales. Si quieres hacer un tónico facial de una forma rápida y sencilla solo tienes que mezcla aloe, hamamelis y agua de rosas, ¡esta combinación funciona de maravilla!
6. Finaliza el proceso con una crema hidratante y un protector solar
Para finalizar este proceso de lavado, este último punto es igual de importante que los primeros porque debemos añadir hidratación y escoger una crema que contenga ingredientes humectantes de calidad.
Si llevas un tiempo buscando una crema que sea de calidad y que principalmente sean naturales, te mostramos opciones muy interesantes en el siguiente link: mejores cremas hidratantes.
Por otro lado, no es necesario que utilices una gran cantidad de producto, ya que con aplicar una cantidad que sea similar al tamaño de una moneda, será suficiente. Incluir este tipo de cremas hidratantes te ayudará a mantener tu piel joven, elástica, radiante y protegida frente a las agresiones de los agentes externos.
- Tal y como se recomienda, hay que lavar la cara al menos dos veces al día y utilizar las siguientes cremas faciales:
Una vez que hayas realizado la limpieza de la mañana tendrás que utilizar una crema que sea más ligera, nutritiva, pero poco densa.
Además será necesario utilizar una crema solar protectora SPF 50 +. También puedes optar por una crema hidratante que, directamente, contenga este índice de protección solar.
En cambio, tras finalizar nuestra rutina de limpieza debemos utilizar una crema facial que sea más intensa, que aporte algo más de tratamiento, como por ejemplo, que sea intensiva para mejorar las arrugas.
Utilizar este tipo de cremas durante la noche favorecerá que el proceso de regeneración sea más fluido, haciendo que la piel se esté renovando durante esas horas de una forma constante.
Cuida tu organismo y tu alimentación para tener una piel saludable
Junto con todos estos pasos que te hemos propuesto queremos finalizar colocando la guinda al pastel, para contaros que de nada servirá que lavemos bien la piel, apliquemos cremas o tratamientos más específicos de una forma tópica, sino cuidamos y protegemos cada día nuestro organismo.
Si no llevamos una vida saludable, entonces, de nada servirá que nos preocupemos de comprar productos cosméticos destinados a este fin.
Por lo tanto, es imprescindible que cuidemos nuestra alimentación, que ésta sea equilibrada y sana.
Para tener un buen cutis y cuidar nuestra salud, es vital hidratarse de una forma constante y suficiente, bebiendo dos litros de agua todos los días.
Llevar a diario un estilo de vida saludable, deshaciéndonos de hábitos que no se recomiendan para nada, como el tabaco o el alcohol, mejorará notablemente el estado de nuestra piel.
Aunque esto no significa que no debamos prestar atención a la rutina que de forma tópica, realizamos cada día, sino que debemos llevar ambos cuidados de una forma conjunta y constante.
Con la ayuda de estos pasos podrás lavar tu rostro correctamente, pero también te ayudará a seguir cada día una rutina con la que podrás cuidar de tus tejidos de la forma que merecen.
¿Qué es lo que piensas?