La limpieza es el paso diario más importante en tu rutina de cuidado de la piel. A lo largo del día, la dermis está expuesta a la suciedad, las bacterias y las impurezas ambientales, además de producir sebo que se acumula en la superficie.
La limpieza elimina todo eso, ayudando a prevenir brotes y poros obstruidos.
“¡Si ya me limpio todos los días!” puedes estar pensando, pero ¿de verdad lo estás haciendo de la forma correcta? Muchos hombres piensan que sí, pero luego se sorprenden cuando aprenden que realmente no es de este modo.
Si tu piel tiene brotes, está apagada o no está lo suficientemente hidratada, a lo mejor la culpa es de este importante paso de nuestra rutina facial.
Sigue leyendo para aprender cómo puedes mejorar tu aspecto en tan sólo 1 minuto, pero no olvides dedicar unos segundos a repasar este listado: los mejores limpiadores faciales para hombre.
Vamos a hablar un poco sobre el lavado de la cara, el primer paso en el cuidado facial de los hombres.
En muchos casos, la limpieza facial consiste en los siguientes pasos:
- Enjabonar el rostro con la misma pastilla de jabón que usas para el cuerpo o las manos, especialmente si está en la ducha.
- Aclarar el jabón bajo un chorro de agua caliente.
- Frotarte la cara con una toalla.
Ese es el método probado y verdadero, ¿cierto? Bueno, aunque está bien probado, no es la manera “correcta” de cuidar la piel de tu cara, incluso si, técnicamente, te deja la cara algo limpia.
Aquí está el porqué: La típica barra de jabón para el cuerpo tiene una alta alcalinidad. Tu tez, al contrario, es ligeramente ácida. La diferencia en el pH es importante porque la alcalinidad puede generar las bacterias que causan el acné, entre otras cosas.
La alcalinidad puede hacer que tu cutis se sienta seco e irritado. Muchos hombres y adolescentes cometen el error de pensar que un jabón “más fuerte” es su mejor opción cuando un jabón fuerte y de alta alcalinidad sólo exacerba sus problemas cutáneos.
Los jabones corporales pueden despojar a la piel de sus aceites naturales, y ésta se equilibra produciendo más aceite. Por eso tu rostro termina con un aspecto grasiento y es más propenso a los brotes de acné.
Hay que tener en cuenta algo más: hay muchos tipos diferentes de piel, y un jabón, u otro producto para el cuidado de la tez, que funciona para otro hombre puede no funcionar para ti. Pero no desesperes, que a continuación te mostramos los pasos más efectivos para realizar una completa limpieza facial.
Pasos para realizar una limpieza facial correcta
Hemos establecido que hay una forma correcta y una forma incorrecta (en realidad, unas cuantas formas incorrectas, ahora que lo pienso) de lavarse la cara. De hecho, puedes comprobar distintas formas de lavar la piel del rostro haciendo click en este link: cómo lavarse la cara.
No es nada complicado, pero debes hacer algo parecido a esto:
1. Limpia bien tus manos
Antes de comenzar, aunque pueda parecer un poco obvio, no siempre es tan evidente y nos saltamos este paso tan importante. Sí, nos referimos al gesto de lavar bien las manos con agua y jabón.
Es el primer paso básico, para evitar que nuestros tejidos queden contaminados por la suciedad que se va acumulando en nuestras manos. Una vez que hayas finalizado la limpieza no olvides secarlas bien con la ayuda de una toalla. ¡Ahora sí, estaremos listos para comenzar!.
2. Hazte con un limpiador facial adecuado
Dependerá de cuál sea nuestro tipo de piel será importante utilizar un tipo de limpiador u otro. Este es el principio más básico de cualquier limpieza.
Debemos tener en cuenta si nuestra tez es seca, normal o grasa. Una vez tengamos claro cuál es el producto de limpieza que más nos conviene, entonces, podremos comenzar con su aplicación.
Se recomienda que el producto elegido esté compuesto por ingredientes naturales, ya que cuanto menor sea la cantidad de sustancias tóxicas, menor será la posibilidad de sufrir irritaciones o rojeces.
Si estás buscando un limpiador que sea adecuado para todo tipo de pieles, que retire rápidamente la suciedad, sebo e impurezas de la piel sin agredirla, de una forma respetuosa y además sea natural, tenemos la recomendación más apropiada: el Aceite Limpiador Facial de Nezeni Cosmetics. Lo hemos probado y sus resultados nos han parecido espectaculares.
Otra opción: Crea tu limpiador casero DIY
3. Limpia tu piel con agua tibia
Una vez que hayas elegido bien el producto de limpieza que le corresponde a tu tipo de piel, seguiremos los pasos que el producto nos indique, atendiendo principalmente a si debemos aplicarlo con la piel un poco humedecida o seca.
Tras aplicar el producto escogido es muy importante que lo eliminemos con agua tibia o agua fría, pero nunca no agua caliente ya que reseca bastante la piel.
Secaremos el rostro, presionando levemente la toalla sobre la cara, pero sin rozar ni frotar de una forma brusca. Se aconseja que se repita este gesto dos veces al día, por la mañana y por la noche antes de acostarnos. No limpies tu rostro más de dos veces al día, ya que puede favorecer la aparición de sequedades.
4. Utiliza un tónico facial
Se trata de un producto que a veces pasa desapercibido pero que se trata de un básico, imprescindible para finalizar este proceso de limpieza, tanto en rutinas femeninas como masculinas.
Gracias a los tónicos faciales conseguiremos calmar nuestros tejidos, una vez que hayamos retirado la suciedad, evitando así que aparezcan rojeces o que nuestra piel quede estresada.
Una de sus principales funciones es restaurar de nuevo el PH de nuestra piel. Al igual que sucede con el producto limpiador por el que nos decantemos, debemos escoger el tónico en función de nuestro tipo de piel y de nuestras necesidades.
¿No te queda lo suficientemente claro cuando debemos aplicarlo? El momento preciso será justo cuando finalicemos la limpieza. Realiza un pequeño masaje y reparte bien el producto por todo el rostro, así calmarás tu piel enseguida y unificarás el tono, además de aportar una agradable sensación de frescor.
5. La importancia de exfoliar regularmente
Como quinto paso, no queríamos olvidarnos de este punto importante, ya que aunque no debamos realizarlo a diario, forma parte del proceso de limpieza facial. Nos referimos a la exfoliación.
La definición más simple, y más clara de exfoliación es la eliminación de las células muertas que están en la epidermis (capa superior). Así que se podría decir que es parte integral de la limpieza.
Las células de piel muerta se acumulan en tu cara a medida que emergen nuevas células, un proceso natural que ocurre con más regularidad de lo que piensas.
Sin embargo, la tasa de renovación celular se reduce a medida que envejecemos. Mientras que en los bebés las células cutáneas se reemplazan cada pocos días (por eso su piel es tan suave), las de los adultos se renuevan a un ritmo mucho más lento, lo que significa que se acumulan más células muertas, y hacen que el cutis se vea opaco, sin vida y sin su tono y textura natural.
Dicho esto, hay varios beneficios de la exfoliación regular:
- La exfoliación proporciona otro nivel de limpieza más allá del limpiador diario. Un exfoliante facial refuerza los limpiadores diarios que retiran el exceso de suciedad del rostro.
- Desobstruye los poros y ayuda a liberar los aceites naturales que humectan la dermis.
- Hace que las arrugas y las líneas finas sean menos visibles porque la capa de piel recién expuesta refleja mejor la luz. Y, oye, ¿a quién no le gusta un poco de “brillo” extra?
- Ayuda a desvanecer las manchas de la edad causadas por las células muertas y minimiza las cicatrices superficiales.
- Al eliminar la capa superior de células muertas (y dañadas), aumenta la absorción de hidratantes, antioxidantes y sueros que aumentan el nivel de colágeno en la piel. El colágeno es la proteína más abundante que se encuentra en el cuerpo y proporciona estructura al cabello, la dermis, etc.
- La exfoliación también desarraiga el vello encarnado debido a sus cualidades de limpieza profunda.
- Podrás tener un afeitado más apurado. ¿Por qué? Porque las células muertas y la suciedad obstruyen las hojas de afeitar y limitan su eficacia general. Los exfoliantes también levantan el vello para facilitar el corte de las cuchillas.
Alternativas al jabón
Los jabones de barra para el cuerpo son más duros y contienen más detergentes (que pueden irritar la piel del rostro) que los limpiadores faciales. Secan la dermis y hacen que el afeitado sea menos cómodo, entre otras cosas.
Puedes pensar que un afeitado que irrita la piel se debe a unas hojas de afeitar de mala calidad, o a tu máquina de afeitar, pero la forma en que te limpias la cara puede ser la verdadera culpable.
La buena noticia es que hay muchas opciones además del tradicional jabón de barra para lavarse la cara. Como, por ejemplo, limpiadores faciales o aguas micelares.
Estos limpiadores suelen venir en forma líquida o gel, y crean una agradable espuma cuando los masajeas en tu rostro húmedo.
Entre las muchas razones por las que deberías usar uno de estos productos, en lugar de un jabón corporal, es que no sólo eliminan la suciedad y la grasa extra de tu cara, sino que también la dejan con una sensación de limpieza, no de sequedad.
Dicho esto, hay que matizar que las aguas micelares priman por encima de los geles limpiadores o las espumas, pues son más suaves con la dermis y no necesitan aclarado. Y recordemos que el agua reseca en demasía, por lo tanto, cuanto menos utilicemos agua para lavarnos la cara, mejor.
El agua micelar hace el mismo trabajo, pero en menos tiempo y deja una piel más saludable.
Cómo elegir el limpiador adecuado
Como hemos visto, no todos los limpiadores faciales son iguales, ni tienen los mismos ingredientes; por eso vale la pena conocer qué es en lo que hay que fijarse a la hora de buscar el adecuado para tu rostro.
Debes tener en cuenta los siguientes factores:
Tipo de piel
Lo más importante que debes tener en cuenta antes de comprar un limpiador facial es tu tipo de piel. Hay cinco tipos: grasa, seca, sensible, normal y mixta.
Piel grasa
Si tienes el cutis graso, lo más probable es que tengas poros grandes y visibles, y un brillo grasiento y aceitoso que se desarrolla no mucho después de que te limpies la cara.
Elige un agua micelar que regule la producción de grasa e incluya ingredientes como el aloe vera y el ácido salicílico, que limpiarán y mantendrán tu rostro hidratado, al mismo tiempo que ralentizan la producción de grasa.
Piel seca
La piel seca debe optar por detergentes que hagan un buen trabajo eliminando la suciedad y las impurezas, sin quitarle a la epidermis sus aceites naturales. El aloe vera y la avena son buenos hidratantes y calmantes. En este post tienes algunos consejos para limpiar tu cutis sin resecarlo.
Si tienes una tez sensible que se irrita fácilmente con el afeitado u otros limpiadores, debes utilizar productos con ingredientes naturales, y evitar los que contienen AHAs como el ácido glicólico. El aloe vera y el aceite de oliva son perfectos.
Piel mixta
Si tu cutis es mixto (algunas zonas del rostro son grasas y otras secas), los limpiadores que incluyen aloe vera, carbón activado y aceite de oliva deben ser tus principales opciones.
Piel normal
Por último, aquellos de vosotros con piel normal (que tienen un equilibrio ideal de no demasiado grasa y no demasiado seca), no tienen que preocuparse tanto. Pueden elegir cualquier agua micelar de calidad que no esté dirigido específicamente a hombres con tez grasa o seca.
Junto estos consejos, no está de más que conozcas otras necesidades que nuestra piel tiene y que son esenciales conocer para seguir una rutina adecuada, cada día. Las necesidades más básicas y elementales que tiene nuestra dermis las tienes recogidas en este enlace: necesidades básicas del cuidado de la piel.
Y hasta aquí esta guía de limpieza facial masculina. ¡Espero que os haya servido para actualizar vuestra rutina de cuidado diario!
¿Qué es lo que piensas?